Esta obra nació por la enorme convivencia con la naturaleza de sus propietarios.
El solar contaba con un proyecto paisajista, concretado por su anterior dueño, y determinado en un documento que se respetarían los ejemplares, o se transplantarían en casos de excepción, dentro del mismo predio.
Esta particular característica aportó una riqueza en visuales, en luces y sombras, en definitiva en elementos vivos que existían y eran parte activa de la arquitectura.
El relevamiento, crecimiento y variedad de cada especie vegetal fue el comienzo.
Luego se estudiaría con intensidad la orientación, y la ubicación de la construcción existente, que se utilizaría como sala de ensayo, (uno de los propietarios era músico), de modo que permitiera un uso casi privado sin estar totalmente separado.
El proyecto se inserta zigzagueando entre el paisaje, adoptando la riqueza natural como elemento generador.
La decisión de galería exterior, de espacios interiores abiertos y con mínimos muros divisorios, aportan la permanente visual a la riqueza paisajística que rodea el proyecto.
Entre las necesidades de sus propietarios ponderaba el guardado de libros, en cantidades impensadas, que se localizaron en bibliotecas en toda la superficie del paso a los dormitorios, otra condicionante fue la utilización de una sola planta para toda la vivienda.
La cocina abierta al estar fue el ambiente más estudiado, porque debía permitir la circulación, la permanencia y el guardado. La elección del color, estuvo previsto desde su inicio, por los propietarios, que siempre tuvieron en claro lo que querían.
El estilo arquitectónico, de techo de chapa, vigas de madera, interiores y exteriores, es la respuesta, acorde al entorno.
La carpintería, se pidió al exterior, y el envío y colocación fueron impecables.
Sólo hubo que transplantar dos árboles.
Ubicación: La Pampa-Argentina